viernes, 27 de abril de 2007

ANÉCDOTA: Papi, ¿por qué te fuiste tan pronto, teníamos muchas cosas de que hablar?

La mayoría de las veces pensamos que los seres queridos, permanecerán con nosotros toda la vida; en especial los padres. Narraré un episodio de mi vida que me ha calado tan hondo que con solo mencionar la palabra padre, no sé si podré de terminar mi anécdota. En estos momentos es difícil para mí contener las lágrimas. Tengo muchas cosas para contar como diría mi amiga Doris, y no sabía por cuál decidirme, en fin aprendiendo del valor del compañero de clases Félix, aprovecharé este espacio para sanar un poco mi alma adolorida y atormentada por los recuerdos de un padre que quizás, no pudo dar más de lo que dio, por el sencillo hecho de que el que no aprende a amar, se le hace difícil dar amor.

Para hacer el relato largo algo corto, te mencionaré brevemente que mi padre era una persona querida por todos, en especial las mujeres, siempre tuvo amantes. Tan bueno con los demás, que le quitaba a los hijos las cosas para dársela a los demás. No sé si sabrán que al llevar una doble vida, tu sueldo no necesariamente va a satisfacer las necesidades de las dos partes adicionales. El caso es que se enamoró de una mujer de la vida alegre y tuvo dos hijos con ella, a estos niños le dio su vida, y en lo material te diré por ejemplo que le compraba tenis Reebook ($70.00), a su hijo de dos años. Le compró un juego de cuarto a la señora valorado en $ 2,000.00, mientras que mi madre nunca tuvo uno, cada navidad se gastaba $200.00 en adornos para el árbol, y así podría estar y escribir un libro. En silencio veía y comparaba estas cosas, que mi madre nunca tuvo, mientras mi corazón se atormentaba y veía a mi mamá sin ninguna de las cosas que disfrutaba la otra.

Esto es una pequeña dosis para que trates de visualizar lo próximo, que pienso narrarte. Allá para el año 2000, mi hermano mayor envía con mi cuñada una nota a la escuela donde trabajaba y esta me indicó: por favor léela. Tenía tanto que hacer que la olvidé, precisamente fue dos semanas antes de Pascuas. Tres días después de recibir la carta, mi hermana me dice: Yoly, papi está enfermo, ve y visítalo, creo que Junior te lo dijo, ¿leíste la carta? Inmediatamente corrí a buscarla y leerla. No podía creer lo que me decía: Yoly, ve a ver a papi, está muy enfermo, no lo vas a reconocer es una sombra de aquel hombre fuerte que recuerdas, está deprimido”. ¡No lo podía creer!, pensé en mi ira contenida de tantos años de escasez y abandono. Definitivamente no lo creía, al punto que no fui a verlo.

Para la Semana Santa en el Colegio Católico ese miércoles había retiro espiritual todo el día. Durante el retiro le pedí al Señor me ayudara a perdonar a mi padre y que me sanara de ese rencor. Al final del retiro, cuando todos hablan de las gracias recibidas, yo le dije al grupo: hoy el Señor me ha dado las fuerzas para visitar a mi padre que está enfermo, lo he perdonado, deséenme suerte. Cuando fui a casa de mi tía a verlo, pues la mujer que tenía le había puesto un caso por la Ley 54(papi casi la mata pues le cogió prestado $5,000.00 a un amigo a nombre de él a escondidas, cuando el señor le fue a cobrar el dinero a papi, ahí se formó la de San Quintín), por poco me desmayo, mi papá parecía un bobo, cabizbajo, tembloroso, apenas podía sostener la cuchara cuando comía. Aquel no era el señor poderoso y fuerte que yo recordaba. Miró para atrás y me dijo: ¿y los nenes dónde están?, yo le dije: papi te los traigo mañana para que los veas. Me contó tantas cosas, parecía un niño. En realidad, me dio tanta vergüenza, pensar que mis hermanos me pidieron que fuera a verle y yo alargaba el momento y día de ese encuentro. Me despedí de él diciéndole que le quería y le iba a llevar pronto los nenes. Salí pensando en todas las cosas que haría para ayudarle. Esa tarde subí a casa de mi mamá a recoger los nenes y me decían: ¿vistes a abuelito? ¿cómo está? queremos verlo por favor. Yo les dije: mañana se los prometo, tenemos que regresar a casa.

Te escribo esto para que sepas que cada instante de tu vida, lo aproveches, y no dejes de hacer las cosas que realmente tienen valor. Si te dicen: mira tu viejo te necesita, tu esposo te ama dale una oportunidad, perdona a tu hermano no seas rencoroso, visita a tu abuelita está muy sola, dile a tu hermana cuanto la quieres, abraza a tu hijo bríndale tiempo. Hazlo, ¿sabes por qué?...Al otro día de visitar a mi padre, recibí una llamada de madrugada, era mi hermano diciéndome que papi había sufrido un derrame cerebral fulminante y estaba en el hospital. Estaba delirando cuando le fui a ver y le dije: papi no temas Jesús está contigo, el me apretó la mano como pudo, pero no hablaba. Desde ese momento sufrió mas derrames y cayó en estado de coma. Mis hijos todavía se sienten tristes por no haberlos llevado a verle aquella tarde. Les robé por tener prisa, una última conversación con su abuelito. Mi papá duró 19 días en estado de coma en el hospital Regional de Aguadilla, tirado en una camilla en sala de emergencia por no tener plan médico, logré inscribirle en un plan y sus últimos momentos estuvo en un cuarto atendido como un ser humano se merece. Estuve a su lado la mayor parte de esos días (desde pequeña, era su sombra). Mi esposo consiguió a un amigo sacerdote, y gracias a él recibió el sacramento de la extremaunción. Aprendí la lección, murió a los 63 años, no fue el mejor de los padres, pero aún lo extraño mucho, y lo peor, es que se quedaron tantas cosas por decir. Te exhorto a que desde este momento, te decidas a resolver tus diferencias con aquellos que tienes asuntos pendientes, no importa cuan bueno o malo haya sido contigo, si quieres alcanzar el Cielo debes saber perdonar. No sea que vivas la misma experiencia que yo.

11 comentarios:

Andrés Rodríguez dijo...

La anécdota que narraste es muy triste y lamentable, nunca deseamos ni pensamos que pasaremos por estas situaciones. Los padres son los pilares que necesitamos para que nos motiven y nos ayuden a seguir hacia delante. Lamentablemente hay hombres que no valoran el verdadero significado de tener un matrimonio e hijos y se dedican a ser los don Juan sin pensar en las consecuencias que pueden ocurrir en el futuro. Me identifico mucho con esta situación que viviste ya que con mi padre ocurrió un caso muy parecido. Cuando mi madre estaba en el tercer embarazo después de mi hermana mayor y yo, mi padre emigró hacia los Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida. Pero, las cosas no salieron como se esperaba, él siempre fue un hombre bien enamorado también y allá conoció una mujer con la cual tuvo una hija. Se olvidó de nosotros y no nos enviaba ni dinero para nuestros gastos. Siempre crecí con un remordimiento que hasta me molestaba que me hablaran de él. La gente decía que yo era la misma cara de é y me daba coraje. Mi madre Santa y buena fue la que tuvo que batallar para poder criarnos y echarnos hacia delante. Cuando terminé la escuela superior mi tío me dijo que mi papá había dicho que si yo me iba a Estados Unidos me ayudaba para que estudiara allá. Como yo quería seguir estudiando y mi mamá no podía ayudarme por la situación económica vi en esto una buena oportunidad para realizar mis sueños, lo consulté con ella y decidí viajar hacia allá. Cuando llegué al lugar donde él estaba no me reconoció, ya que se había ido cuando yo tenía cinco años ni yo tampoco lo conocía. Así que ese fue nuestro primer encuentro desde que se marchó. Nuestra relación era fría, yo no sentía nada por él. Apenas preguntaba por mis hermanas y ni se disculpó por lo que había hecho. Así fue pasando el tiempo y no me ayudó a seguir estudiando. A cada rato discutíamos porque yo le sacaba en cara lo que había hecho. Después de trabajar por dos años regresé a Puerto Rico y pude ingresar a la universidad y terminar mi bachillerato. Al cabo de varios años, cuando mi papá ya estaba pensionado y disfrutando de su retiro sufrió un ataque cardíaco y murió.Tenía 64 años. Cuando me dieron la noticia de su muerte lo único que dije fue, que Dios lo perdone, porque no fui a su velorio. Por eso es como tú dices, no debemos dejar para después lo que podemos hacer ahora, luego puede ser tarde. Como tu padre y el mío existen muchos en esta tierra.

Naty dijo...

Lamento muchop lo que te paso. Muchas veces nosotros creemos que somos inmortales. Es triste saber que muere el padre de uno y no tuvistes el tiempo suficiente para expresarle todo lo que tu corazón sentía. Es algo que siempre se te quedará en tu mente y en tu corazón pero la vida continua y tienes que tratar de superar ese dolor para poder seguir con tu vida. De verdad no se que mas decirte por que gracias a Dios no he pasado por una situacion similar. Pero tienes que tratar de borrar ese pasado y orar mucho por tu papa.

Doris Vilma Rodríguez dijo...

Querida amiga:

Cuando decimos lo que sentimos, liberamos nuestras culpas y conseguimos la paz que tanto necesitamos. Elegiste la anécdota perfecta, era necesario que te confesaras contigo misma para que sintieras libertad. Espero que así sea. Muchas veces en la vida nos han lastimado hasta el punto que a pesar de nuestras creencias religiosas se nos hace difícil perdonar. La vida es un proceso y cada día está cargado de experiencias. Posiblemente si visitabas a tu padre en el momento que Junior te envió la carta no lo hubieras tratado como lo hiciste, posiblemente le hubieras reclamado y además a lo mejor utilizarías un vocabulario hiriente. Si ese fuera el caso y en la madrugada el hubiera pasado por el derrame cerebral, nunca te lo perdonarías.

No debes sentirte mal, viviste con privaciones, mientras otros disfrutaban lo que tu padre tal vez te pudo haber dado, por lo que todo eso te llevo a crecer con un fuerte dolor que más tarde se convirtió en resentimiento. A pesar de que tu madre es una santa que se esforzó por ayudarte y criarte en la fe, el dolor pudo más que sus enseñanzas. Dicen que nunca es tarde cuando la dicha es buena, por lo menos el Dios permitió que te arrepintieras, le perdonaras y pudieras reconciliarte con él cuando aún el estaba lucido.

El futuro es incierto, nos depara muchas cosas que ni tan siquiera pensamos que nos van a ocurrir, por lo que es necesario estar preparados. Debemos dar gracias a Dios cada día por lo que tenemos y no reclamar por lo que carecemos. En la viña del señor lo importante es quienes somos y como actuamos, de acuerdo con sus enseñanzas.

Tu experiencia puede ayudar a otras personas, por lo que posiblemente fue Dios el que te utilizó como instrumento para que otros aprendan la lección. Ahora bien, te pido que reflexiones cuando dices que no podemos dejar que el tiempo pase y vivir la vida ajorada y perdamos la oportunidad de disfrutar a nuestros seres queridos, especialmente a nuestros hijos. No creas que lo digo por ti nada más, la reflexión me la aplico yo también, que por dedicarme a mis estudios les he abandonado un poca, gracias a Dios que pronto terminamos.

Guirmar dijo...

Anécdota:

Padre que palabra tan importante en nuestro entorno. Realmente en estos dias que vivimos hay padres que ni siquiera conocen ni les intereza conocer a sus hijos. Primero por el dinero de las pensiones, o por que no tienen el tiempo para dedicarle a ellos.

A esos seres que trajeron al mundo sin que ellos lo pidieran, quizas por un descuido o por alguna razón. En mi opinión siguen siendo padres aun cuando son unos inrresponsables. Si supieramos que pensamientos tendran cuando no se han ocupado de los hijos y caen en una cama abatidos por la enfermedad.

Quizas si podriamos saber cuales fueron los sentimientos de ellos para con nosotros. Aún asi no somos nadie para juzgarlos solo tenemos que dejarlo en las manos de Dios y solo el tiene la potestad para juzgarlos.

En tu anecdota dices que le perdonastes y eso quizas tenga mas valor de lo que pudo hacer por ti en tu juventud. Por que tienes unos puntos ganos con Dios que todo lo ve y el que realmente es el verdadero padre.


Guirmar

Félix Morales dijo...

Este concepto de la muerte como el gran adversario que nos infunde de valor y paciencia para actuar sin entregarnos a la importancia personal o ego-centrismo nos hace ver a la muerte como un maestro que nos saca de nuestro in-consciente escondite y nos abre a la verdad de la vida y del universo. Reflexionemos sobre ello. A poco que pensemos, hemos de llegar a darnos cuenta de que en realidad ignoramos quienes somos, es decir, cuándo nos preguntan sobre nuestra identidad respondemos con una diversa variedad de elementos que hemos coleccionado con el fin de definirnos a nosotros mismos (por ejemplo, soy uruguayo, psicólogo, hombre, etc.). Pero cuando todas esas cosas se nos quitan, ¿tenemos idea de quienes somos en realidad sin y detrás de todos esos agregados? Además, nos identificamos con nuestro cuerpo y con nuestra muerte, pero que sucederá cuando ya no estén presentes, ¿son estos dos elementos sostenes seguros y confiables de nuestro ser y de nuestra identidad? Para no hacer frente a estas interrogantes, buscamos y exigimos vivir según un plan pre-establecido, por ejemplo, estudiar, trabajar, formar una familia, etc., etc., de manera de vivir de forma acelerada, ocupando el tiempo con responsabilidades y con cosas materiales. En una palabra, si deseamos dejar de una vez por todas que la vida nos viva a nosotros y en cambio vivir nosotros la vida (valga la perogrullada), debemos empezar por aceptar la muerte como una gran maestra que continuamente nos susurra al oído: "Carpe diem", es decir, vive la vida en el aquí y ahora, sin dejar situaciones inconclusas, pues no sabemos que llegará primero, si la muerte o el próximo día. ¿Es esta una visión pesimista de la vida, que nos sume en la angustia y el terror continuos? Muy por el contrario. Nos permite una vida plena y fluida, pues al no saber en que momento ha de llegarnos el momento último, evitamos por un lado el dejar asuntos pendientes y minimizamos nuestra personal importancia, y por otro lado, buscamos mantener una comunicación plena y sincera con quienes y con lo que nos rodea, expresando en forma continua un profundo respeto y amor por todo y todos.

Por Felix Morales

Wilma Jimenez dijo...

Anécdota

No te culpes por lo que no tiene remedio. Por lo menos tuviste la oportunidad de hacer algo por tu padre y él debe estar muy agradecido desde el cielo. A veces hay circunstancias en la vida que nos obliga sentir rencor, o que no hace ser más fuertes. Lo importante es la lección que aprendamos de estas situaciones. Estas situaciones fortalecen nuestra alma y espíritu, de esta forma podremos enfrentar otras, más duras o difíciles. Estas te harán una mejor persona.

No eres la única persona que ha pasado por una situación como esta. Conozco a una persona que acaba de pasar por una situación similar. Su papá era una persona muy difícil. Abandonó a su esposa y a tres hijos pequeños, para andar con mujeres de un lugar a otro. Jamás se ocupó de ella, nunca la buscó. Pasaron cerca más de veinte años, sin saber de él. Un día este la buscó. Pedía su perdón y el de sus hermanos. A pesar de su formación cristiana, le fue muy difícil perdonar a su padre, pienso que aún no lo ha terminado del todo. Pero un día, decidió buscarlo y darle una oportunidad. Pudo reencontrarse con su papá. Papá la había buscado por que estaba muy enfermo. Su enfermedad lo había hecho recapacitar. Según esta, agradece a Dios el haberle dado un tiempo para compartir con él. Los problemas con los otros hijos de su papá, a veces hacen revivir su coraje. Más sin embargo, en la Fe logra calmar esa rabia y sentir paz en su corazón. Su papá murió, y esta señala que al menos, pudo compartir algunos momentos especiales.

En el mundo, existen muchas personas pasando un sin fin de situaciones y experiencias, que sobreviven gracias a la Fe. La fe mueve montañas. Por eso nos fortalece y nos hace ser mejores personas. Con Cristo todo se puede. Gracias por haber compartido tu historia. Es una historia muy íntima y el compartirla con el grupo debe ser parte importante de tu proceso de sanación. Se fuerte y permite que el amor de Dios, sea el consuelo para tu alma.

Maggie dijo...

Hace 22 años el teléfono sonó y la llamada fue que mi padre estaba mal, me puse tan mal que no podía ni guiar y tuve que buscar a alguien que me llevara a la casa de mis padres. Allí yacía mi padre y los paramédicos buscaban salvarle la vida. Mientras esto pasaba a mi madre tuvieron mis primas que arreglarla para que fuera al banco y sacara el dinero para poder tenerlo en caso de lo que nunca se espera. Si no lo hacia le congelaban la cuenta en el momento que papi muriera y no había ni para enterrarlo. En ese momento admire a mi madre pues aun con la tristeza que tenía tuvo la fortaleza para darle cara a la situación. “Papi murió” esas dos palabras fueron como un latigazo que te sacan de órbita, entonces, te das cuenta de que jamás te preparas realmente para esto.

Su entrega como padre fue increíble, me dejo muchas enseñanzas para mi vida y para poder ayudar a otro por medio de palabras sabias que el me dejo para poder ayudar. Han sido para mí estos pasados años tan extraños y difíciles pues aun al día de hoy hablo de esto y se me hace difícil. Era un hombre que era de mente abierta y siempre dispuesto a dialogar. Siempre buscaba el trabajo que fuera para tenernos bien. Era farmacéutico y hasta corredor de bienes raíces fúe.

Admiro a mi padre y a mi madre pues me enseñaron el oficio de vivir y que cuando la vanidad de poseer se cambia por el desprendimiento se alcanza la verdadera felicidad. Que pena, muchos siendo poseedores de ese milagro que es la vida, quieren más cuando lo importante es lo básico y de eso nos damos cuenta sólo cuando vivimos una situación extrema que nos obliga a apreciar las cosas más sencillas y no las de más valor material.

Cuando se le da el justo valor a lo que en verdad lo merece nos hacemos grandes. Mi padre al igual que mi madre me han dejado de herencia el aprender a vivir totalmente y disfrutar de las cosas más pequeñas que son valiosos tesoros que están a mi alcance y al alcance de todos.

Mi Madre, continúa sonriente y con ánimo increíble de vida y hoy tiene 81 años y si la vieran tiene un ánimo increíble de vida y me daría vergüenza quejarme frente a ella.

Aprendí que sólo mueren los que no son recordados y si a ti te recuerda mucha gente buena, por las huellas dejadas nunca morirás pues vivirás siempre en su mente. Sé que siempre tendré su protección pues su sabiduría me acompaña.

Descansa en paz, Guillermo Fornaris, padre querido. Te adoro y gracias por darme tantas cosas bellas. Perdona si te falle de algún modo, no hubo, ni habrá, un sólo día en que dejara de pensar en ti. Gracias por ayudarme a ser quien soy hoy.

gloria_sentimientos dijo...

Siento mucho dolor al leer tu historia, pues hace tres meses yo perdí a mi padre y no pude contener mis lágrimas al leerlo. Todavía siento ese dolor y angustia de perderlo. Considero que me faltó darle más porque para nuestros seres queridos damos el alma y la vida. Pero las cosas no son así, cuando menos uno se lo imagina se van, nos dejan y no podemos hacer nada, solo recordar y vivir aquellos momentos que lo tuvimos y compartimos. Contrario a tu situación él murió conmigo, pues lo llevaba en mi carro para el hospital de veteranos en San Juan porque era su preferido, su predilecto, en muchas ocasiones quise llevarlo a otro hospital pero no quería, aunque estuvo bastante “malito”, en esa semana pero consciente, a pesar de su enfermedad de cáncer; en el fin de semana de enero lunes 15 se puso peor y aceptó lo llevara al hospital, habló conmigo y con mi esposo que guiaba y luego murió, no se cuando pero llegó al hospital, me dice la doctora muerto, para mi estaba dormido, porque no se quejó, se fue como dicen “como un pajarito” a mi lado como siempre soñé tenerlo desde pequeña. Porque el como el tuyo abandonó a mi madre con hijos, el pequeño de dos meses para buscar un camión para la mudanza y regresó a los quince años. No sabíamos nada de el y yo siempre que iba al área metropolitana porque era natural de ahí, miraba a todos lados a ver si lo veía, pero un día regreso, me lo presentaron, yo me recordaba porque tenía retratos de el, pero no mis hermanos. Me seguí viendo con el por el resto de tiempo hasta que luego de varios años, al queda viudo de nuevo me lo llevé a casa, en esa época esta fuerte, saludable, tenía alrededor de 68 años y se iba diariamente al Centro de Envejecientes. Al igual que tu, tenía mis “encontronazos”, pues el tenía sus vicios, yo quería que los dejara. Pero no quería. Sus hijos estaban heridos, nunca supimos de el por quince años. Por lo tanto no

es tan fácil perdonar, cuando vemos a la madre romperse el lomo, verla llorar, sufrir porque no puede sacar sus hijos adelante, pasando hambre y necesidad. No es fácil. En muchas ocasiones le pedí y le sigo pidiendo a Dios que ilumine el corazón de mis hermanos y el mío y aceptemos lo que pasó, podamos perdonarlo, bendecidlo y dar gracias a Dios que nos dio la vida a través de Él. Todos cometemos errores, no somos los jueces para juzgar. Creo yo lo perdoné y espero Dios lo haya perdonado y lo tenga junto a Él. Pero considero que no terminé la tarea con mi padre. Se me quedó a mitad, pero lo tuve por varios años. Le doy gracias a Dios y le pido que tú puedas ver todo lo que pasó como eso algo del pasado que te produjo dolor, pero Dios te ayudará a sanar esas heridas. Oraré por ti. Dios te bendiga.

Nancy Vélez dijo...

"ANÉCDOTA: Papi, ¿por qué te fuiste tan pronto, teníamos muchas cosas de que hablar?"
Saludos Yoly:

He leído muchos ensayos de mis compañeros, pero el tuyo es tan especial y diferente por las ricas experiencias que has vivido para poder consolar y brindarles a los demás…un alto para poder reflexionar.

¿Sabes? Dios nos ha dado un libre albedrío. Tenemos la libertad de seleccionar el rumbo que han de tomar nuestras vidas, las consecuencias de nuestras decisiones será la recompensa que cosecharemos al final del camino. Es menester pasar por la etapa de crecimiento, pero antes, es menester ser apodados por el Hortelano Divino y él tiene un propósito para todo en nuestras vidas.

Fíjate que no tomamos la decisión de venir y nacer en este mundo, pero no somos un accidente en este mundo. Dios tiene todo bajo control, es el hombre que se ha salido de las manos de su Alfarero y se ha roto en sus manos. Sé que has debido sufrir mucho por las experiencias que has pasado, pero creo que eres cual diamante que Dios ha esculpido para él glorificarte en ti y en los tuyos. Le diste la oportunidad a Dios de sanar tus heridas y él se glorificó porque rompiste las cadenas cuando perdonaste a tu padre. ¡Permíteme felicitarte! No todo el mundo perdona los agravios. Son orgullosos y sin embargo, cuando perdonamos es como haber tenido un candado cerrado sin tener contacto ni comunicación con la persona afectada. El simple hecho de permitirle a Dios que rompa las cadenas y nos sane…es un paso para que él se adelante y pueda abrir ese candado. Es hermoso porque se abre el candado de la comprensión y el amor. Cuando Dios llega…todo cambia en nuestras vidas y procuramos agradarle en todo.

Es necesario no postergar las cosas, sino que en el momento que surjan pedir sabiduría a Dios para proceder y él se encargará del resto. Recuerdo el caso de Doña Ana. La conocí cuando estuve hospitalizada. Tuve la oportunidad de orarle y la dieron de alta primero que a mí. Nos hicimos grandes amigas. Le enviaba postales y recordatorios de la República Dominicana. En fin, tan pronto me recuperé, hice los arreglos y acudimos a su pequeño hogar porque ella estaba nuevamente enferma y un grupo de mi Iglesia le llevamos algunos presentes porque sabíamos, por referencia, que había mucha necesidad en su hogar. Se puso bien contenta y casi no hablaba. Logró sacar de lo profundo de su corazón dos palabras que jamás olvidaré “mi amiga” y sonrió. Te podrás imaginar cuál fue mi reacción. Con lágrimas…le dije “estoy aquí”. Fueron momentos inolvidables.

Luego, Ana enfermó gravemente y sabes qué…no me informaron su familia. Ella murió y sí me llamaron para darme la cruel y triste noticia. Pregunté el por qué nadie me dijo nada. Recuerdo que antes de esa tragedia, Dios me puso a orar por ella…lo que yo no sabía era que pronto sería su partida. No me preguntes el por qué…son cosas que no se entienden. Sencillamente pasan dejando huellas imborrables y que tú y yo no podemos hacer nada para cambiar las circunstancias. Sé que si hubiera dejado a un lado tantos compromisos, quizás pudiera haber estado ahí. Claro, acompañé a la familia en su dolor, pero Ana se me había ido para siempre. Partió mi amiga en el silencio de la tarde, cuando muere el sol junto al horizonte. ¿Sabes qué? En aquél día…espero verla radiante y sin dolor. Abrazaré fuertemente a mi amiga. Lo sé porque sé que está en un bello lugar. En tu caso, no te preocupes…tus hijos abrazarán a su abuelito en aquél día, y nadie los podrá separar.

Cuídate mucho, compañera y el Dios de paz inunde tu corazón. Recuerda que él cuida de ti y atento está su oído a tu clamor. No desmayes y sigue adelante. No te desvíes de su camino y tus hijos heredarán las ricas promesas “instruye al niño en su camino, y cuando fuere viejo, no se apartará”. Dios te bendiga.

Por: Nancy Vélez

Maria Porto dijo...

Yolanda, mi padre está muerto y cuando leí tu amarga experiencia, me remonté al momento en que aquel hombre fuerte de carácter se subió a un avión para ir a morir a Estados Unidos junto a sus dos hijas mayores, porque no quería que mi madre trabajara. Todavía siento el vacío en mí corazón cuando necesito de él para preguntarle algo y no lo tengo de frente. El vacío de un padre no lo llena nada ni nadie. Siempre he tenido a mí madre para aconsejarme, pero créeme no es lo mismo. Dale gracias a Dios porque tus hijos llegaron a conocerlo, mí hija no tuvo esa dicha, conoce a su abuelo materno solo por fotos y por mis anécdotas orales. Solo le pido a Dios que le conceda gozar de la paz eterna y también pido esto para tu padre. Gracias por un momento de desahogo.

Carmenjoan.blogspot.com dijo...

Hola: Yolanda
Anécdota: Papi, ¿por qué te fuiste tan pronto, teníamos muchas cosas de que hablar?

Espero que realmente hayas perdonado a tu padre. Con está anécdota que contastes que es muy trizte aprendimos a que no podemos dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. Considero que el pedir perdón es sumamente importante y solo nace cuando le pedimos a Dios así: En el silencio de la soledad te digo desde lo más profundo de mi corazón:
¡Gracias Señor! Gracias... Por todo lo que este año me has concedido, porque te lo he pedido, por todo lo que me has dado, sin habértelo rogado. Por todo lo que me has otorgado,sin haberlo merecido. Gracias... por la salud y el bienestar. Por las alegrías y las satisfacciones. Gracias también... por la enfermedad. Por las penas y sufrimientos. ¡Tú sabes lo que hiciste! Gracias… por el rayo de esperanza
que me iluminó. Por aquella mano que me levantó. Por ese consejo que me guió. Por aquellas palabras que me alentó. Por esa sonrisa que me alegró. Por aquellos brazos que me recibieron. Pero sobre todo... Te doy gracias Señor: Por la fe que tengo en Ti. En este tiempo, un tanto confuso, aunque lleno de esperanza, es a veces difícil creer. Te confieso sinceramente: No siempre he sabido cómo actuar, qué hacer, a dónde ir. Sin embargo, mantengo mi fe en Ti. Te doy gracias, porque en las tinieblas me has iluminado. Porque en las caídas me has levantado y has perdonado mis pecados.Y sobre todo Señor... Te doy gracias por todo aquello que ignoro y de lo cual debo estarte
profundamente agradecido(a).

El enojo y la ira no conducen a nada bueno lee la siguiente historia que te dice: que debemos hacer para romper con los problemas. Esta es la historia de un par de hermanos que vivieron juntos y en armonía por muchos años. Ellos vivían en granja separada pero un día… Cayeron en un conflicto, este fue el primer problema serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continúa. Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo … hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio. Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero "Estoy buscando trabajo por unos días", dijo el extraño, "quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso". "Sí", dijo el mayor de los hermanos, tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo, en aquella granja vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros pero él desvío el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más. El carpintero le dijo: "creo que comprendo la situación". El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo. Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo. El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó. No había ninguna cerca de dos metros. En su lugar había un puente que unía las dos granjas a través del arroyo.
Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos. En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano mayor le dijo: “Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho". Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. "No, espera". "Quédate unos cuantos días tengo muchos proyectos para ti", le dijo el hermano mayor al carpintero.
"Me gustaría quedarme", dijo el carpintero, "pero tengo muchos puentes por construir". Muchas veces dejamos que los malentendidos o enojos nos alejen de la gente que queremos, muchas veces permitimos que el orgullo se anteponga a los sentimientos, No permitas que eso pase en tu Vida. Aprende a perdonar y valora lo que tienes. Recuerda que perdonar no cambia en nada el pasado pero si el futuro. No guardes rencores ni sentimientos de amargura que solo te lastiman, te alejan de Dios y de las personas que te quieren. Aprende a ser feliz y disfruta de las maravillas que Dios ha creado.
Él te ama y desea que tengas una vida dichosa, llena de amor y armonía. No permitas que un pequeño desliz malogre una gran amistad... Recuerda que el silencio a veces es la mejor respuesta...Una casa felíz es lo que más importa. Haz todo lo que esté a tu alcance para crear un ambiente en armonia. Recuerda que la mejor relación es aquella donde el amor entre dos personas es mayor de que la necesidad que ellas tienen una por la otra.